Evento FIMEP

A días del encuentro del IV Foro Internacional de Mediadores Profesionales, que se realizó en la ciudad de Buenos Aires los días 26, 27 y 28 de julio del año 2024, escribo estas líneas para compartir un momento reflexivo.

Varios conceptos se pronunciaron estos tres días, algunos de ellos no ameritan el cuestionamiento, porque son principio y fundamento ineludible incorporados, por los profesionales en ejercicio de los métodos de gestión de conflictos. Sin embargo,  otras nociones   interpelan en sus significaciones la ética profesional, porque sugieren la revisión crítica de su práctica.

En este sentido, la praxis del mediador, o  dicho de forma más amplia, de la persona que gestiona conflictos es lo que se encuentra en tensión y remite a algunos elementos fundamentales a establecer.

Fortalecer el acervo teórico y práctico, es nutrirlo de la diversidad de experiencias colectivas públicas y privadas que cumplan con estándares legales, normativos y éticos.

La construcción y replica de conocimiento, exige gran responsabilidad con profundidad de criterio, para promover y garantizar la creciente continuidad de la gestión de conflicto pacífica   reconocida en su carácter transformativo.

La praxis exige instrumentar todos los elementos necesarios de una experticia particular, con  formación-acreditación-evaluación, que considere el valor de la mirada interdisciplinar, de la perspectiva de interseccionalidad para comprender integralmente las distinciones de equidad, entre privilegios y desventajas que sufren las personas, actuando contra todas las formas de discriminación que tranversalizan las identidades y los diversos contextos.

La continua revisión de la praxis, es posible con un lente de Derechos Humanos que promueva el camino hacia la justicia social y fundamente el accionar con estándares consensuados y ratificados por los países.

En estos tres días accedimos a conocer pinceladas de diversas intervenciones, que colaboran con la comunidad, con la sociedad, con los proyectos de vida de las personas individuales y colectivas, desde varias aristas, que promueven una cultura de paz, evitando causar más daño,   con compromiso y dedicación de los efectos de la herramienta de la mediación.

Más de 400 profesionales transitamos nuestras historias de vidas convencidas y convencidas que este es el camino hacia la cooperación y solidaridad de los vínculos y relaciones humanas dignas. Es un buen momento, para fortalecer aún más las alianzas público-privadas, con elementos objetivos técnicos de resultados, que efectivice con políticas públicas este hacer profesional, no como una mera “alternativa”, si como una disciplina profesional en toda su dimensión.

Magister en Trabajo Social Anabella Vázquez

Maestranda en Gestión de conflictos, negociación y mediación.

Técnico –Profesional Área de Defensoría de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo de Uruguay.

Integrante del Círculo de Mediación del Uruguay.

Representante de Uruguay de la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO). Grupo FIO- CONFLICTOS.

Montevideo-Uruguay